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Una nueva especie fósil, Limodromus emetikos, se añade al catálogo de más de 385.000 existentes de escarabajo, el grupo más grande y biodiverso del reino animal. Fosilizado hace cuarenta millones de años en una pieza de ámbar encontrada en la región báltica, el estado de conservación de este ejemplar ha permitido a la Universidad Complutense de Madrid y a la Universidad de Alcalá averiguar que era nocturno, que perdió parte de su antena, que quedó atrapado en la resina antes de morir y que, a causa del estrés, expulsó un fluido digestivo.
Referencia bibliográfica:
Sara Gamboa y Vicente M. Ortuño. A new fossil species of the genus Limodromus Motschulsky 1850 (Coleoptera: Carabidae: Platynini) from Baltic amber with remarks on its death process. Insect Systematics & Evolution. 2017. DOI: 10.1163/1876312X-00002169.
Imagen del Limodromus emetikos fosilizado en la pieza de ámbar. / Sara Gamboa.
Una bola de fuego de un asteroide, que entró en la atmósfera a 43.000 kilómetros por hora, fue avistada anoche en varias provincias de Andalucía y en Castilla-La Mancha, aunque resultó destruida completamente sin llegar a caer ningún pedazo a la tierra.
Bola de fuego vista en 2004 en la Península Ibérica. EFE/Salvador Díez
Hace alrededor de 12.800 años, el hemisferio Norte sufrió una pequeña era glacial, que duró alrededor de 1.300 años. Ese inusual período climático frío se conoce como Younger Dryas (o Dryas reciente) y se cree que su causa fue un impacto cósmico. Esta época coincidió con la gran extinción de la megafauna norteamericana, incluyendo a mamuts, así como a perezosos gigantes (que vivían en el suelo en vez de en los árboles), y la desaparición de la antigua y muy extendida Cultura Clovis.
Sin embargo, como cabe esperar de un impacto cósmico, antes de la llegada del frío la temperatura se volvió tórrida súbitamente y se desencadenaron muchos incendios, de proporciones dantescas. Una investigación, realizada por el equipo internacional de Brian Thomas, de la Universidad de Kansas en Estados Unidos, ha profundizado en esa etapa inicial de la catástrofe.
América del Norte. (Foto: NASA/Goddard Space Flight Center Scientific Visualization Studio)
Conservar las abejas es importante pero asegurarse además de que la población de estos insectos es diversa es fundamental para garantizar la polinización de los cultivos y maximizar la producción, según un estudio publicado en Science.
Una abeja (Bombus griseocollis) polinizando una flor de arándano. Crédito: Jason Gibbs.
Después de décadas de investigación, científicos japoneses han logrado observar la cadena de eventos que originan las auroras que imiten luz pulsante en las regiones polares. Con la ayuda del satélite ERG se ha comprobado que unas ondas electromagnéticas, llamadas ondas de coro, dispersan a los electrones atrapados en la magnetosfera, que acaban precipitándose en la atmósfera iluminando el cielo de forma intermitente.
Referencia bibliográfica:
S. Kasahara et al. Pulsating aurora from electron scattering by chorus waves. Nature, 14 de febrero de 2018.
El satélite ERG observó las ondas de coro y los electrones, que precipitan en la atmósfera generando la iluminación auroral. En esta ilustración el norte y sur de la Tierra están, respectivamente, a la izquierda y la derecha. / ERG science team